¿Dónde dormir en San Antonio de Areco?
Nuestra selección de hospedajes para ayudarle a elegir dónde dormir en San Antonio de Areco y su región.
San Antonio de Areco es una pequeña ciudad con amplia oferta de hoteles y Estancias, para todos los gustos y todos los presupuestos.
Si le gustan los lugares típicos y encantadores, varios hoteles boutique los esperan todo el año. Muebles antiguos, decoración colonial, patio, piscina y hermosos jardines, todos son lugares paradisíacos para una estadía confortable y de buen descanso. Le recomendamos por ejemplo Antigua Casona, Posada La Plaza o también Solar del Pago. Este último cuenta con un Spa, además de ser apto para hospedar personas con movilidad reducida.
A notar que para reservar en temporada alta en todos esos hoteles, le recomendamos consultarnos con al menos dos semanas de anticipación!
Para grupos, usted puede elegir entre San Carlos (pleno centro) y Pampas de Areco (cerca de la ciudad), son los dos más grandes de la zona y ofrecen salón de conferencia, restaurante, piscina y Spa.
Una opción económica es el hostel. En un ambiente cálido y a menudo festivo, los trotamundos se juntan en el Puesto de Areco o en Areco Hostel. Ubicados en el centro de la ciudad, los dos están cerca de los bares y restaurantes, así que también de las peñas y de los boliches!
Para los curiosos con ganas de conocer la cultura de los gauchos, les recomendamos una estadía en una Estancia. Alrededor de San Antonio de Areco hay más de veinte Estancias de las cuales por lo menos cuatro se encuentran actualmente abiertas al público. La oportunidad de sumergirse en la vida cotidiana y el universo de los guardianes de la pampa.
Con una estadía de una o dos noches en Estancia podrá disfrutar de la tranquilidad del lugar, de su flora y fauna abundante y diversa, y sin duda, tendrá la oportunidad de comer el mejor asado de su viaje!
Por la mañana, usted tendrá la posibilidad de salir a caballo con los gauchos y hasta acompañarlos en su tarea diaria, como por ejemplo, cuidar a una vaca herida, domar un caballo, o reparar una tranquera en el otro lado del campo.
Los gauchos no los dejarán irse sin participar en sus danzas folclóricas, con fondo de guitarreada y canciones bien gauchescas.